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"Los presos venían a trabajar al Valle de los
Caídos
porque aquí, vivían mejor".
P. Santiago Cantera, OSB en
www.diarioelprisma.es
Perdido en mitad de la Sierra de Guadarrama se encuentra uno de los monumentos
más polémicos de toda España, el monasterio del Valle de
los Caídos que también recibe el nombre de Abadía Benedictina
de la Santa Cruz del Valle de los Caídos por la congregación que
vive en su abadía, los benedictinos. Son muchas las historias y los mitos
que pivotan alrededor de esta construcción situada a 9 kilómetros
del Escorial, y puesto que se ha dado la oportunidad hemos querido conocer de
la mano del Prior de la Comunidad, el padre Santiago Cantera, qué historia
esconde el monasterio que en su día estuvo en el punto de mira del gobierno
de José Luis Rodríguez Zapatero y que dio la vuelta al mundo.
¿Cómo empieza la historia del Valle de los Caídos?
La fundación del Valle de los Caídos tiene lugar en el año
1958. Hacia el final de la guerra se va pergeñando la idea, parece que
Franco en los años de la guerra tiene la idea de construir el monumento
y sale un decreto. El primer documento conocido es un decreto de 1 de abril
de 1940, un año después de finalizar la guerra, en el que se alude
a otro del que no tenemos constancia. En este ya se decide construir un monumento
en la Sierra de Guadarrama a la memoria de los caídos. Con los años
esto se va a ir perfilando cada vez más y los demás documentos
son de 1957, cuando ya se crea la Fundación de la Santa Cruz del Valle
de los Caídos.
¿Con qué idea se construye este monumento?
La idea que se va afianzando cada vez más está orientada a la
reconciliación nacional entre los dos bandos enfrentados en la guerra
y con una triple dimensión.
¿La primera dimensión?
La presencia de una comunidad religiosa que atienda espiritualmente el monumento,
-inicialmente no se pensaba ni en los benedictinos, ni tan siquiera en frailes,
sino en una comunidad religiosa quizá más de dimensión
social y apostólica pero al final vinimos los benedictinos para dar mayor
realce a la liturgia (benedictinos de Silos)- y la misión de esta comunidad
es también orar por la paz en España y por las almas de todos
los que murieron en la guerra y que están sepultados aquí.
¿La segunda?
La segunda dimensión es la del hermanamiento, un hermanamiento entre
los caídos de uno y otro bando trayendo los restos de ellos aquí,
con un registro de cerca de 34.000, aunque muy posiblemente la cifra real se
pudiera elevar incluso a 50 o 60.000, por la dificultad de contabilización
de las fosas comunes entre otras causas.
¿Y por último?
En la tercera dimensión, puesto que en el origen de la guerra en parte
hay unas causas de tipo económico, social, laboral, diferencias hirientes,
etc. y para que una cosa así no se volviera a producir, se decidió
crear un Centro de Estudios Sociales inspirado en la Doctrina Social de la Iglesia
que estudiase la realidad social y económica española fundamentalmente
para promocionar un futuro de paz y de justicia social en España.
¿Y cuándo llegó la comunidad a la abadía?
La comunidad viene en julio del 58, en abril del 59 tiene lugar la inauguración
oficial y en junio del 60 la basílica es consagrada como tal por disposición
del papa san Juan XXIII por medio del cardenal Gaetano Cicognani. Pío
XII había tenido una intervención en la que elevaba el monasterio
a la dignidad de abadía de forma inmediata a la fundación, lo
cual es un caso único en el siglo XX. Aquí hay dos intervenciones
pontificias de inicio, lo cual hace que el Valle de los Caídos entre
en lo que es el Derecho Pontificio.
Hay muchas historias que giran en torno a la construcción del Valle de
los Caídos, ¿puede hablarnos un poco de cómo fue?
Se fue construyendo en dos fases fundamentalmente, correspondientes a dos arquitectos,
obra continua pero con dos arquitectos: Pedro Muguruza hasta el año 1950
y luego desde el 50 hasta el 58 le sustituye su discípulo Diego Méndez,
por enfermedad de Muguruza que moría en el 52. Para el tema de los presos,
os podría servir mucho más si os pusiérais en contacto
con el autor de una tesis doctoral que ahora mismo está en vías
de publicación, en el CEU a cargo de Alberto Bárcena. Su formación
es de Derecho pero se ha dedicado cada vez más a la Historia y elaboró
una tesis sobre la redención de penas en el Valle de los Caídos.
Es cierto que buena parte de los trabajadores que estuvieron en el Valle de
los Caídos hasta el 50, después ya no, habían sido presos,
procedentes del bando republicano en la guerra, aunque no eran propiamente presos
políticos, sino que las causas, las motivaciones habían sido en
buena parte, por temas de delitos de sangre cuando la contienda.
¿Qué más puede decirnos de lo que aparece en esta tesis
doctoral?
El trabajo penitenciario es algo que sobre todo hacia el último tercio
del siglo XIX va a tomar una variante especial que es la reducción de
penas por el trabajo. Todo el pensamiento político penitenciario europeo
y norteamericano del último tercio del siglo XIX ve como una posibilidad
de reincorporación y de reforma interna del penado el que pueda trabajar
para volver a la vida social. En España lo que se va a adoptar es la
redención de penas que da unos pasos más allá.
¿En qué consiste la redención de penas?
El tiempo de trabajo va a tener una equivalencia en tiempo de condena, una
equivalencia favorable para el penado, es decir, un día de trabajo va
a ser equivalente a dos de condena, luego se amplía a tres y finalmente
se acaba ampliando hasta a seis. Un día de trabajo equivalía prácticamente
a una semana de condena, con lo cual una pena de 30 años, que era la
conmutación de la pena capital por delitos de sangre, se acababa reduciendo
a 5 o 6 años de condena, ¿por qué en gran medida?, bueno
en esto hay una idea cristiana de fondo, que promueve sobre todo un jesuita,
el P. Pérez del Pulgar, que trata de mover el tema de la redención,
de redimir al penado, que el penado se reintegre, se reforme y que se reduzca
la pena. Luego hay otro factor que es de tipo práctico, en cierta manera,
que es que, al final de la guerra, el nuevo Estado Español se encuentra
una cantidad inmensa de presidiarios en las cárceles por causas de la
guerra, entonces se plantea si dar un indulto general o una amnistía
a todos, pero si ha habido delitos de sangre, no parece lógico de momento,
entonces lo que se hace es optar por esta vía y en muy poco tiempo las
cárceles españolas se van vaciando.
¿Esto sólo se hace al finalizar la guerra?
En el bando republicano había existido también esto, el trabajo
de los presos, pero no la redención de penas, además la redención
de penas conlleva también que el penado está cobrando un salario,
se establece por ley que el salario que cobra el penado tiene que ser igual
al de un trabajador libre del ramo y en el lugar donde trabaja.
¿Y cuáles eran las condiciones aquí en el Valle?
Aquí en el Valle estaban bastante bien pagados; venir a trabajar a un
destacamento de trabajo era una opción libre, además en ese momento
en el derecho penitenciario no existía el concepto trabajos forzados
que existe por ejemplo en la Francia de De Gaulle y en otros países de
la época. Es verdad que existe la obligatoriedad del trabajo pero luego
por otra parte es voluntario el decidir dónde y cómo se hace.
Todos los que vinieron al Valle de los Caídos vinieron pidiéndolo
porque habían oído que las condiciones eran muy buenas pero cuando
llegaban aquí todavía eran mejores de lo que esperaban. La mayor
parte vinieron de la prisión de Ocaña.
Los presos llegaban aquí y entonces
Entraban en un régimen, que se llamaba de mínima vigilancia y
puerta abierta prácticamente, que consistía en que por todo el
recinto del Valle se podían manejar con toda libertad, solo con permisos
verbales y había un pequeño destacamento de la Guardia Civil custodiando
el recinto. En el interior había tres poblados correspondientes a tres
empresas que tenían a todos los presos: Molán, San Román
(eran las dos en que en mejores condiciones estaban) y Banús, que fue
la primera que lo solicitó, donde sí había ciertas condiciones
peores. En cada uno de estos destacamentos había solo 2 funcionarios
de prisiones, no había ni rejas, al principio llevaban uniforme, luego
ya no, tenían trato normal con los trabajadores libres y luego las raciones
de comida que se conocen eran muy ricas en calorías, más ricas
que en la mayoría de prisiones, incluso sabemos por testimonios de personas,
que venían aquí por razones comerciales, que se encontraban con
que aquí se comía carne de vacuno de Peguerinos que no se
comía ni en Peguerinos-, que es un pueblo del otro lado de la Sierra.
¿Qué pasaba cuando terminaban sus trabajos?
Al final de la estancia, muchos continuaron trabajando aquí y a otros
se les dieron viviendas de protección oficial, viviendas sociales, del
Ministerio de la Vivienda, en tres barriadas de Madrid: Fuencarral, San Blas
y Pan Bendito. Otra de las cuestiones que más han llamado la atención
es el tema de las familias que venían a veranear aquí, familias
de los presos, lo más opuesto a la imagen de lo que es un campo de concentración
nazi o un gulag soviético. Venían aquí porque además
decían que el clima era muy saludable, las familias venían, se
establecían aquí en viviendas y llegó un momento en que
las autoridades del Valle informaron a instancias superiores de que esto se
estaba convirtiendo en una colonia de veraneo.
Carai
Cuestiones como estas os podría contar muchas más, pero si tenéis
interés, ya os digo, el que os puede dar una conferencia o varias es
Alberto Bárcena. Un dato curioso que él ha trabajado y que siempre
lo sabemos por testimonios orales es el de Justo el matacuras. Este
es un personaje a quien él le ha seguido toda la pista y ha encontrado
documentalmente su vida y milagros.
¿Quién era?
Era un preso llamado así porque en
la guerra había matado a varios sacerdotes, aunque en algunas familias no
quisieron testimoniar contra él. Tenía 3 sentencias a muerte por haber asesinado
a dos guardias civiles y
a un sacerdote y le conmutaron la pena. Vino aquí, cumplió condena
y creo que estuvo al cargo del economato primero y cuando cumplió pena
se quedó trabajando como libre, al inicio como portero de la comunidad
benedictina. Una persona con delitos de sangre. A la comunidad benedictina les
dijeron: bueno, pero ¿ustedes saben los antecedentes de este hombre?
Y ellos dijeron: sí, sí sí, pero ha cambiado, es otra persona
.
Parece que de intención no tanto, aunque trataba amablemente a los monjes
cuando llegaban, pero parece que mantenía de fondo su trasfondo anticlerical.
Historias quizás surrealistas de la España de Franco, que se pinta
tan negra y luego nos encontramos con páginas como esta.
Cambiando de tercio
¿Por qué se decidió hacer una
Cruz de estas dimensiones?
Si realmente tenía que ser un monumento a la reconciliación,
¿qué mejor signo que la Cruz?, la Cruz que es donde hemos encontrado
la reconciliación de los hombres con Dios a través de la muerte
de Cristo, Él nos ha reconciliado a los hombres con Dios, tras el pecado
original y en la Cruz es donde además los hombres podemos reconciliarnos
entre nosotros porque ahí mismo Jesucristo nos ha dado un testimonio
de perdón a sus enemigos, a sus verdugos, entonces, como signo de reconciliación,
es el más explícito, el más claro, e indudablemente el
mejor.
¿Hay algún otro motivo?
Unido a esto, nos encontramos prácticamente en el centro de España,
una nación católica con tanta raigambre católica en su
esencia, que es católica, y parecía lo más evidente y significativo.
Yo creo que muchas veces lo que se ha combatido aquí no es solo la presencia
de Franco o el recuerdo de la guerra, que también, es evidente, sino
que lo que se ha combatido muchas veces es la propia Cruz, o sea, lo que molesta
de aquí en el fondo, porque las pretensiones más radicales ya
no van ni a que esté Franco ni si los caídos republicanos, ni
tal, sino, la Cruz, volar la cruz, y ¿por qué?, pues claro, porque
es el signo de lo que es el centro de la vida, del mundo, y también geográficamente
el centro de España. Una España de raigambre católica,
más aún si aquí se une todo el tema de la guerra, todo
el tema de Franco, toda la leyenda negra que se ha echado sobre esto, pues se
unen dos temas odiados.
Sorprende que los presos republicanos pusieran piedras para construir esto
La cruz se construyó a partir del año 50 y ya no había
presos de la guerra, continuaba habiendo presos comunes pero los últimos
presos de la guerra estuvieron en el 46. Dicen que sí hubo 20.000, aunque
en realidad parece que hubo unos 2.000 porque algunos redimían pena muy
pronto. En la Cruz no hubo ni un solo muerto en su construcción y además
no hubo presos republicanos, lo que sí hubo fueron presos comunes que
no dieron tan buen resultado porque el ambiente entre los presos republicanos
y los trabajadores libres era bastante bueno en cambio con los presos comunes
no, porque empezó a haber robos, cosa que antes no. Donde sí trabajaron
los presos republicanos fue en las otras partes del monumento, no tanto en la
excavación de la basílica, que tenía que hacerlo personal
especializado, sino que trabajaron más en la construcción del
antiguo monasterio y en parte de lo que es el monumento, la basílica
y en la carretera antigua, que era la de Banús.
Háblenos ahora un poco del conflicto que hubo hace unos años
y que les obligó a celebrar Misa al aire libre en pleno invierno fuera
de la basílica
Todo eso vino a partir de las iras de la época de Zapatero contra todo
lo que sonase a Franco y el Valle de los Caídos fue como un objetivo
prioritario, empezó con el tema de las Misas del 20-N, etc. etc. pero
lo que fue más duro fue el intento de cerrar por completo el Valle de
los Caídos. La Basílica se llegó a cerrar bajo una serie
de excusas falsas, sin fundamento ninguno: peligros de derrumbe, de actos terroristas,
etc.
¿Y se prohibió la entrada a los fieles?
Hubo un momento en que se prohibió el acceso de los fieles a la Misa
de la Basílica, ni por delante, ni por detrás, ni nada, se prohibió
y punto. Entonces fue cuando la comunidad benedictina, el 7 de noviembre de
2010, decidimos salir a celebrar la Misa bajo los pinos de la entrada. Aquello
fue un bombazo a nivel nacional e internacional porque se vio que mientras se
consagraba, se inauguraba, una Basílica en Barcelona y había venido
el papa Benedicto XVI, se cerraba otra Basílica y la comunidad benedictina,
harta ya, y porque no se dejaba acceder a los fieles, decidió ir ella
a los fieles. Esto saltó a la prensa, a Internet, etc. y a la semana
siguiente hubo una Misa multitudinaria dentro del recinto, y a partir de aquí
ya tuvieron que empezar a echarse atrás.
¿Qué pasó luego?
Empezaron a decir que se reabriría la
Basílica para que no se
resintiera la piedad popular, hubo toda una serie de tira y aflojas y el Gobierno
tuvo que ir dando marcha atrás porque el Valle de los Caídos recibió
un apoyo muy numeroso y muy significativo de muchos fieles y además lo
bueno es que se orientó todo en el sentido espiritual y religioso. El
Gobierno tenía la expectativa de que esto se convirtiera en una causa
política pero se le fue de las manos cada vez más, porque se vio
como un caso claro de persecución religiosa a inicios del siglo XXI y
entonces perdieron la batalla, el Valle de los Caídos salió fortalecido.
Se unió entonces la cadena Intereconomía que en aquel momento
era muy potente y se retransmitían las Misas de aquí que a la
gente le encantaban, primero las exteriores, por el testimonio que suponían,
a cero grados, niebla, nieve, frío y después las interiores porque
a la gente le encantaba ver el cuidado de la liturgia benedictina dentro de
la Basílica, eso fue un bombazo.
¿Y a nivel internacional?
Cuando fuimos este año con la Escolanía a Polonia, en junio,
a cantar en Cracovia, también estuvimos en Varsovia y en Chestokowa.
El primer destino que tuvimos fue la iglesia y la tumba del Beato Jerzy Popieluszko,
sobre quien se ha filmado una película recientemente, el capellán
del sindicato Solidarnosc a quien asesinó brutalmente la policía
secreta comunista de Jaruselsky, quien murió reconciliado con la Iglesia
al final.
¿Qué pasó allí?
Reconozco que en ese primer destino sentí una emoción profunda,
estaba llorando, porque es una figura que me impacta mucho y aquí en
la Misa de la puerta que me tocó a mí, tuve esa dicha, yo recordé
las Misas del P. Popieluszko, especialmente en la homilía. Nos dijeron
que en Polonia se seguían las Misas del Valle de los Caídos por
televisión y a través de Internet y les recordaban todas aquellas
misas de campaña que celebraba el P. Popieluszko en la lucha por la libertad
de la Iglesia frente a la tiranía comunista. Aquello fue impactante y
lo llevamos en el recuerdo, fue un hito. Todavía queda algún niño
de los que participaban en esas Misas.
Hablando de la escolanía
¿qué condiciones ha de cumplir
un niño para poder entrar en la escolanía del Valle?
Tenemos niños desde 8 y 9 años hasta 13, 14 años, son esos
cinco años de las voces blancas. Ese es el motivo fundamentalmente. Ellos
quieren seguir, pero ya veremos. Tenemos permisos para ampliar los años
de estudios pero no siempre se tienen los medios, ojalá algún
día podamos.
Dicen que la basílica del Valle de los Caídos era más
grande que la de San Pedro de Roma y que tuvieron que acortarla porque no está permitido
que haya basílicas más grandes que la de San Pedro
Todo el recorrido es más largo que San Pedro del Vaticano. Dice la leyenda,
que no es real, que la reja que se puso, se colocó para que el espacio
sagrado de la basílica fuera más corto que San Pedro. La realidad
es que no hay nada que impida que una basílica sea más larga que
San Pedro, de hecho hay una que lo es, que está en Senegal creo. El motivo
por el que sea tan larga es que el Cristo del altar y la cúpula están
en la misma diagonal de la cruz monumental, de ahí haber excavado la
basílica hasta ahí, que son unos 267 m. de longitud.
Al finalizar de la charla con el Padre prior Santiago Cantera, tuvimos la
oportunidad, acompañados del padre José Ignacio, de que abrieran
la Basílica solo para nosotros. Pudimos disfrutar de una visita guiada
personalizada con una explicación detallada de toda la construcción
de la Basílica y de la cruz. Además pudimos conocer de la mano
del padre José Ignacio todos los datos curiosos por lo que a tamaño
y métodos de construcción se refiere así como historias
relacionadas con atentados que ha sufrido el Valle de los Caídos. El
padre José Ignacio, estudioso de los libros de Daniel y del Apocalipsis
de la Biblia nos dio su particular visión del fin de los tiempos. Profundamente
interesante.
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